ORA CON NOSOTROS

Nosotros en Una Cuidad Ganada seremos fuertes, y valientes, y pondremos nuestras manos a la obra. No tendremos miedo, ni nos desanimaremos porque el Señor nuestro Dios estará con nosotros. El no nos dejará, ni nos abandonará hasta que hayamos completado toda la obra para el servicio de la Casa del Señor.

Le pedimos al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que nos conceda sabiduría espiritual para entender su revelación y conocerlo perfectamente. Le pedimos a nuestro Dios que nos ilumine la mente, para que sepamos cuál es la esperanza a la que nos ha llamado, cuán gloriosa y rica la herencia que Dios da a los que pertenecen a su pueblo, y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia cuando resucitó a Cristo y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío y por encima de todo lo que existe, tanto en este mundo como en el venidero. Sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dió a la Iglesia como cabeza de todo. Pues la Iglesia es el cuerpo de Cristo, a plenitud misma de Cristo: y Cristo es la plenitud de todas las cosas.

Humildemente te pedimos, Dios, Tú que das a todos sin límites y sin reproche, que nos concedas sabiduría para el destino de Una Cuidad Ganada. Te pedimos con fe y sin dudar porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Nosotros no somos indecisos ni de doble ánimo, nosotros tenemos la mente de Cristo.

Te pedimos Padre Celestial que ayudes a Una Cuidad Ganada a actuar con prudencia, no como necios, sino con sabiduría, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. Con la ayuda del Espíritu Santo, nosotros somos sabios y entendemos la voluntad del Señor.

Por esta razón nos arrodillamos ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Que nos conceda con su gloriosa riqueza por medio del Espíritu Santo fortaleza interior y que Cristo viva en nuestros corazones por la fe. Así con raíces profundas en el amor podremos comprender con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo, que conozcamos ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que seamos llenos de la plenitud de Dios.

Todos en Una Cuidad Ganada caminaremos dignamente de la vocación a que hemos sido llamados con toda humildad, amabilidad y paciencia soportando los unos a otros con amor, procurando mantenernos siempre unidos con la ayuda del Espíritu Santo y por medio de la paz que nos une. Amaremos al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente. Amaremos a nuestro prójimo como a nosotros mismo. Pues en Cristo Jesús de nada vale ser circuncidado o no, lo que vale es tener una fe motivada por amor.

Padre Celestial, ayúdanos a estar concientes de un corazón pecaminoso e incrédulo que nos haga de cualquier manera apartarnos de Ti, el Dios vivo. Dejaremos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda y correremos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijaremos nuestra mirada en Jesús, pues de Él procede nuestra fe y Él es quien la perfecciona. Jesús sufrió en la cruz sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría y se sentó a la derecha del trono de Dios. Nos mantendremos alertas y despiertos, firmes en la fe, seremos valientes y fuertes, y haremos todo con amor.

Padre Celestial, oramos que Tú edifiques Una Cuidad Ganada individualmente y colectivamente, que podamos funcionar como Tú deseas, proclamando el evangelio de Jesuscristo. manteniendo firmemente en doctrina, la comunión, fraternidad, en oración, para que el temor a Dios lo reciban muchas almas y que muchas señales y milagros ocurran para glorificarte. Oramos que miles de almas sean salvadas y bautizadas en un día.

Oramos para que Una Cuidad Ganada continúe diariamente en unidad de alabanza, compartiendo y disfrutandonuestra comida espiritual y natural con alegría y sencillez de corazón. Continuaremos alabando a Dios y seremos estimados por todos. Creemos Señor que Tú añadirás diariamente a la Iglesia los que serán salvados.

Padre, concédenos crecer el cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hjjo de Dios. De este modo alcanzaremos la madurez y el desarrollo que corresponden a la estatura perfecta de Cristo. Ya no seremos como niños, que cambian facilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. Mas bien, hablando la verdad en un espíritu de amor, debemos crecer en todo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo. Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y desarrollándose en amor.

Padre Celestial, Tú palabra dice que el fruto del justo es el árbol de la vida y el que gana almas, es sabio. Te hemos pedido Señor sabiduría, y ahora te pedimos que Tú nos ayudes a ser totalmente dirigidos por el Espíritu Santo en el resultado de Tú sabiduría, a una cosecha abundante y numerosa de discípulos de Cristo.

Una Cuidad Ganada, por el poder del Espíritu Santo, irá por todo el mundo a anunciar las buenas nuevas a toda criatura y estas señales acompañarán a los que creen. En el nombre de Jesús expulsarán demonios, hablarán en nuevas lenguas, tomarán en sus manos serpientes y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud. Toda autoridad en el cielo y en la tierra fue dada a Jesús. Por consiguiente haremos discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que Jesús ordenó, sabiendo que Él está con nosotros siempre hasta el fin del mundo.

En todas las cosas que hagamos lo haremos humillándonos bajo la poderosa mano de Dios, para que Él nos exalte a su debido tiempo, depositando todas nuestras ansiedades y preocupaciones en sus manos porque el cuida de nosotros. Ayúdanos Padre Celestial de siempre tener la actitud en nosotros de Cristo Jesús quien siendo por naturaleza Dios, no consideró ser igual a Dios. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.

Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte en la cruz.

Y ahora, Dios Padre, tienes poder para hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, por medio de Su poder que actúa en nosotros. Gloria a Dios en la Iglesia y en Cristo Jesus, por todos los siglos y para siempre! Padre, te pedimos todas estas cosas en el nombre de Tu Hijo, Jesús, nuestro Mesía, cuyo nombre es exaltado sobre todos los nombres. AMEN.